La desconexión del juicio y sus monstruos. Introducción al pensamiento crítico para emprendedores. Lección Cuarta.

"Distinta de un litigio, una diferencia es un caso de conflicto entre (por lo menos) dos partes, conflicto que no puede zanjarse equitativamente por faltar una regla de juicio aplicable a las dos argumentaciones. Que una de las argumentaciones sea legitima no implica que la otra no lo sea. Sin embargo si se aplica la misma regla de juicio a ambas para allanar la diferencia como si esta fuera un litigio, se infiere una sinrazón a una de ellas por lo menos y a las dos si ninguna de ellas admite esa regla", J.F. Lyotard , La diferencia, p9.


Lección 4. La desconexión del juicio y la producción del odio

La producción de odio tiene mucho que ver con el pensamiento, o mejor dicho, con la falta de este, con la suspensión de este en virtud de emociones primarias descontroladas. La desconexión del juicio es un proceso de alienación donde un ser humano suspende su capacidad de juicio individual y la delega a un discurso externo. Los discursos son propiedad de un grupo social, que se siente superior, o dicho de otra manera, que tiene miedo o terror, y se siente vulnerable. Cuanto más organizado está, más instituciones detenta, capaces de producir, difundir y controlar su discurso. Pero ¿cómo se llega a este punto de inflexión?

El pensamiento consiste fundamentalmente, como hemos visto anteriormente, en la deconstrucción y construcción de discursos. Es a través de la producción de los enunciados, que conforman los discursos, donde utilizamos la más alta capacidad humana, la capacidad de juicio, la racionalidad, en definitiva. La acción humana racional está basada en juicios, mientras la acción humana no basada en juicios es irracional. Lo irracional no es el descontrol, no es locura, es racionalidad sin juicio. Se trata de la misma lógica que la racionalidad pero con premisas falsas y argumentaciones mal construidas.

Juzgar es valorar sobre la verdad y la validez argumental, es analizar y generar enunciados correctos en su forma y en su fondo. Es la ética del lenguaje., es prescindir de la capacidad del lenguaje para mentir o engañar. Si yo digo "todos los hombres son malos" mi capacidad de juicio buscará conocimientos concretos para verificar no sólo la verdad del enunciado, sino también si la argumentación es formalmente correcta, si está bien construida. En este caso concreto ya que por experiencia propia, así como por información objetiva recolectada concluimos que los hombres son y no son malos, por tanto, el cuantificador universal "todos", hace falso el enunciado. 

Hay que preguntarse:

  • ¿está bien formado el juicio (descartar que sea una falacia)? 
  • ¿es válido (que no verdadero)? 
  • ¿es verdadero (hay ejemplos que los demuestren)?
  • ¿tiene sentido (aporta algo)? 
  • ¿hay al menos un argumento que lo invalidaría (es totalitario)?
  • ¿alguien se verá perjudicado?

La lógica de enunciados y de predicados, el análisis lingüístico y semántico, la hermenéutica, el análisis pragmático de discursos y otras herramientas, que han surgido de la tradición filosófica, nos ayudan en la tarea de discernir esas cuestiones. Hay que evitar el equívoco sentido común causa de los mayores errores de razonamiento, porqué la verdad no suele ser evidente. Hay que rehuir de todas las falsas ideologías del flujo y del foco de la acción humana, y parar y pensar, de lo contrario, los que han pensado antes que tu, te arrollarán y vivirás en su discurso sin saberlo. La gran habilidad del pensamiento es diferir el flujo de la acción presente y replantearse las cosas.

Los peores exterminios de la humanidad, que podemos reconocer, se han hecho con inteligencia y racionalidad. En esos casos, los propios humanos han sido incapaces de sostener una ética. Esos humanos suspendieron su capacidad de juicio ético, por pensar que actuaban justamente, para conseguir un objetivo superior, y por ello, muchos congéneres tenían que ser liquidados, porqué representaban el mal. La alienación ética ocurre cuando alguien se siente o es realmente superior, y es incapaz de seguir los principios éticos universales, al confundir lo diferente con lo malo. Es la lógica de la segregación, de la falta de empatía. Lo vulgar y lo primario se convierten en único referente del discurso y rechazan a la diferencia enriquecedora. La ética tiene que ser abrazada libremente, y este es su mayor problema. Es fácil evitarla cuando no nos interesa. En cambio, la moral es propia de los grupos cerrados. Le ética produce comportamientos positivos, mientras la moral reduce comportamientos desviados reprimiéndolos. 

Este tipo de discurso racional no ético, confunde expresamente el eje semántico "diferencia-identidad" con el de "superioridad-inferioridad"  y el de "cooperacion-competición" por el de "aniquilacion-supervivencia". Lo diferente se vuelve en malo y lo idéntico en bueno, siempre y cuando no haya juicio de valor posible. La asunción del discursos es una sumisión discursiva en toda regla, con consecuencias prácticas genocidas.

La razón por la que estos discursos consideran que está justificada la suspensión del juicio, es por que se trata de una emergencia ante una amenaza. Esta claro que lo de la emergencia y la amenaza son premisas falsas, o como mínimo discutibles e interpretables. En todo caso, una emergencia es algo puntual, un incendio, un atentado, un temporal. Si una amenaza es constante y duradera, no puede justificarse un estado de emergencia permanente. Las leyes anti-terroristas suspenden algunos derechos constitucionales e incluso humanos, pero no pueden utilizarse para todo y más constantemente. Y si lo hacen, estamos en un estado totalitario, aunque sea democrático.

El pensamiento nos debe ayudar a analizar los argumentos de los discursos en el fondo y en la forma, utilizando la crítica y la duda, y generando tolerancia ante los discursos diferentes o incluso opuestos. Si los discursos están abiertos a la crítica, es decir, al cambio, a asumir el error y corregirlo, o a cambiar argumentos sin sentido o falaces, se puede dialogar y construir acción social positiva desde la cooperación, o desde la competencia, evitando el conflicto destructivo.

No puede haber dialogo ni convivencia, sin apertura discursiva, sin estar abierto a argumentos contrafácticos, que pueda hacer cambiar nuestras creencias. Al menos, tiene que haber un argumento capaz de anular nuestro discurso como falso, de lo contrario un discurso cerrado, holístico, es una imposición totalitaria y solo puede llevar a la destrucción de lo diferente. Es un discurso para imponer, o lo tomas o lo dejas, pero si lo dejas serás mi enemigo. El discurso del odio tiene este tipo de peculiaridades.  Es una producción social instrumental, que parte de un discurso que tiene su correlato no enunciativo en instituciones altamente organizadas y disciplinadas, cuyos individuos han suspendido su capacidad de juicio y actúan como followers incondicionales y violentos.

Alguien quiere convertir al mundo en un estado de emergencia internacional permanente, amenazado por desafíos imposibles de vencer, donde los ciudadanos han cedido sus derechos y su privacidad a instituciones de poder y vigilancia para siempre, y solo se permiten su existencia sin juicio de followers.

El discurso del odio es un producto social en el que se suspende el juicio de valor ético sobre la diferencia. Hay que decir que cualquier discurso puede evolucionar a un estadio cerrado y totalitario, sin embargo, lo contrario solo es posible en sus inicios, porque en la medida que un discurso se difunde y se organiza en acción social, llega a ser demasiado fuerte para ser reversible y se hace totalmente refractario a la critica. Como sabemos, muchos discursos mueren por guerras y revoluciones.

Pensar es mantener nuestra capacidad de juicio funcionando y mejorando cada día, así como haciendo un esfuerzo por conectarla con la de otras personas y grupos, que también utilizan esta virtud para el bien de la humanidad. Hay que rehuir de lo contrario. Hay que dudar de uno mismo, quizás seamos nosotros el villano.

¡Haz el amor, no la guerra!



¿Qué hemos aprendido? 
Lecciones de filosofía para no filósofos. Introducción al pensamiento crítico para emprendedores

  • Lecciones de filosofía para no filósofos. Introducción al pensamiento crítico para emprendedores. Lección Primera. 
    • La filosofía es práctica, útil y divertida. El pensamiento también
  • La diferencia entre pensamiento y filosofía. Introducción al pensamiento crítico para emprendedores. Lección Segunda. 
    • La filosofía es un subconjunto del pensamiento. Invitamos a pensar. 
    • El pensamiento no tiene objeto, porqué es una relación entre sujetos, es una relación de sentido, del lenguaje.
    • El pensamiento ocurre en un grupo social, en una cultura, es intersubjetividad lingüística. 
  • La realidad no existe. Introducción al pensamiento crítico para emprendedores. Lección Tercera. 
    • Hay que dudar de todo, de uno mismo, de lo que estamos más convencidos, de la realidad misma.
    • La realidad es lenguaje, solo tenemos un acceso indirecto y lleno de incertidumbre a la realidad. Olvidar esto es caer en la trampa de la tochología o metafísica de la presencia.
    • Pensar es hacer historia para los testigos de nuestra vida. 
    • Pensar es hacer historia, es construir, reconstruir, deconstruir y destruir discursos. 
    • El mundo digital es un mundo de escritura, una realidad del tiempo diferido, respecto a la artificiosa analógica oralidad. 
    • El lenguaje o sea la realidad, es nuestro mecano para deconstruir y reconstruir cosas nuevas. 
    • Los productos no son objetos, son relaciones lingüísticas.
  • La desconexión del juicio y sus monstruos. Introducción al pensamiento crítico para emprendedores. Lección Cuarta. 
    • La desconexión del juicio es un proceso de alienación donde un ser humano suspende su capacidad de juicio individual y la delega a un discurso externo. 
    • Lo irracional no es el descontrol, no es locura, es racionalidad sin juicio. Se trata de la misma lógica que la racionalidad pero con premisas falsas y argumentaciones mal construidas.
    • Le ética produce comportamientos positivos, mientras la moral reduce comportamientos desviados reprimiéndolos.
    • Al menos, tiene que haber un argumento capaz de anular nuestro discurso como falso, de lo contrario un discurso cerrado, holístico, es una imposición totalitaria y solo puede llevar a la destrucción de lo diferente.
    • El discurso del odio es un producto social en el que se suspende el juicio de valor ético sobre la diferencia.

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