Sócrates y las insuficiencias del coaching

No hemos cambiado en 3.000 años. La tecnología se ha revolucionado, pero el hombre no. Si trajéramos aquí a Sócrates, no entendería nuestros teléfonos móviles, pero si viera las noticias y escuchara los temas que nos traemos entre manos, hoy pensaría: «Más de lo mismo» (Entrevista a Lou Marinoff).
 
Si fuera por Sócrates la filosofía no existiría. 

Sócrates era un charlatán, que vagaba por la agora de la polis ateniense, hablando con todo el mundo. Aplicando su método de la mayéutica, a imitación de las comadronas, para ayudar a la gente por medio de preguntas, a llegar a conclusiones. Sin embargo, nunca escribió nada.

Aceptó una falsa acusación, por la que fue condenado a muerte, que le hizo famoso. Pudiendo escapar, se negó. Y fue ejecutado con cicuta. A pesar de su renombre y de su puesto destacado en la filosofía, compartía plaza con muchos demagogos, contadores de historias míticas, proto-filósofos, opinadores y el pueblo parlanchín en general. Si Sócrates es quien es, es por Platón primero, y luego por Aristóteles

Platón supo distinguir entre todos los charlatanes, uno con una habilidad superior en argumentar y en ayudar a las personas a llegar a conclusiones. Además Platón transcribió, no sin cierta reelaboración, los diálogos de Sócrates, que de otra manera se hubieran perdido como los de tantos otros, y no los conoceríamos en absoluto. Sería un animal más prehistórico, que histórico. Platón utilizó los diálogos escritos, como formato para sus reflexiones filosóficas. Pero los libros de Platón se hubieran perdido también, ya que este jugaba a la política a lo "Le Pen", con tan mala visión, que por poco no fenece en su intento, lo que le llevó a ser convertido temporalmente en esclavo. Los libros de Platón con sus referencias a Sócrates, hubieran sido malvendidos, desmembrados, y perdidos en bibliotecas de nobles eruditos desconocidos, si no fuera por el genio de Aristóteles, que recogió todos los escritos y los puso a disposición en la biblioteca de Alejandría, donde fueron copiados y se pudieron ir expandiendo por el mundo del saber.

Sin Aristoteles no existiría ni la filosofía, ni Platón, ni Sócrates.

Ni el coaching. La inspiración del coaching en la mayéutica socrática, como método no intrusivo de ayudar a alguien a que consiga sus propios objetivos por si mismo, es un idealismo peligroso. 

Lo que se aprende gracias a los sofistas (Protágoras, Gorgias, Hipias, Pródico, Trasímaco, Critias y Calicles) es,  que con la mayéutica puedes manipular a la gente tanto como quieras. Puedes hacerle llegar a conclusiones opuestas a las que necesitan o a las que piensan. Los sofistas se dedicaban a ello con gran éxito, siendo el precedente claro de la retórica y de la tradición demagógica de los políticos. Depende de la capacidad crítica del sujeto en cuestión y de la ética del coach, el que se manipule o no, al menos conscientemente. El problema con la ética es que no sólo hay una. Alguna parece más un código de honor de los malignos, que una norma para hacer el bien. Quizás un ejemplo paradigmático, podemos verlo en muchas empresas donde los coach se dedican a sacar lo mejor de los empleados para conseguir los objetivos de la empresa, aunque puedan ser destructivos para ellos. Véase en la serie Billions el personaje complejo de Wendy Rhoades.

El que acabó definitivamente con esta polémica, reducida a un caso de la ética, fue una vez más Aristóteles, el mas grande entre los grandes pensadores de la antigüedad, padre de la ciencia y de la filosofía actual. Aristóteles escribió los libros de la Lógica, agrupados bajo el nombre Organon:

  • Categorías 
  • Isagoge 
  • Peri Hermeneias, (De la proposición)
  • Primeros analíticos, (Del silogismo) 
  • Segundos analíticos, (De la demostración)
  • Tópicos, (De la dialéctica)
  • Refutaciones sofísticas, (De las falacias)

Existen unas reglas de enunciación y por tanto, unas normas de lo que se puede pensar y decir con corrección y validez. Entonces no todo vale. Hay cosas falsas, no sólo en el fondo, si no por la forma del enunciado. No sólo se trata de ser éticamente correcto, sino de utilizar la lógica de la argumentación de manera correcta. Hay cosas que no tienen sentido. Las argumentaciones pueden ser falaces ("sofismas" decía Aristóteles) o estar mal construidas, incluso por gente "buena", y provocar enormes estragos.

El aristotelismo maduro rompe con el diálogo tribal de la tradición rural oral y evoluciona hacia una lógica conceptual propia de una ciudad organizada (la polis), que implica estudio y disciplina. No hay otro camino hacia la verdad, que prescindir del dialogo opinático y manipulable, por un discurso escrito y racional, que implica la habilidad de la comprensión y la capacidad de estudio, como única vía para lograr pensar con la propia cabeza. Un dialogo mental, llamado dialéctica, basado en la argumentación válida.

Vemos que las empresas están muy faltas de la cosa del pensar. No hay tiempo para ello, pero si para arreglar los errores de no pensar. A eso se le llama productividad. Pero sería mejor un poco de dialéctica ... aunque sea visual como propone el Design Thinking.

A los entrenadores de la nada, hay que decirles, que la mente no funciona como un músculo, como la preparación de un atleta. Los cortocircuitos en la razón se pagan siempre. Ni la autoayuda, ni el coaching pueden conseguir, que alguien sepa decidir, pensar y alcanzar sus metas. Sólo la disciplina del razonamiento. Si no ayudamos a la gente a pensar, siempre los estaremos manipulando. El manipulado y el manipulador estarán satisfechos por la resolución de los bloqueos mentales, pero se habrá cometido un fraude imposible de ver.

El método socrático es un fraude. 

El coaching debe evolucionar. Lou Marinoff autor del famoso superventas Más Platón y menos Prozac, ha hecho la interesante propuesta de un Philosophical Counseling, una filosofía práctica, que te ayuda a pensar. Tenemos nuestra versión española en la gran pensadora canaria Mónica Cavallé, que está popularizando su asesoramiento filosófico, basado en una filosofía sapiencial, como forma de terapia práctica.  

Lo importante no es ayudar a los incapaces a realizarse, sino a que piensen por si mismos, a que se digan su verdad, a que tengan las herramientas necesarias para razonar racionalmente y que no sea "más de lo mismo". Y luego, si así lo quieren, que se tiren por el barranco y arruinen su vida. Libremente. 

Comentarios

  1. "El método socrático es un fraude", frase digna de un buen sofista contemporáneo.

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