El arte de emprender

Empezar no es un momento importante para una empresa, es un momento crucial y decisivo, es el momento. 

Hay que mantener el espíritu del eterno empezar, del momento original de la puesta en marcha, lo que yo llamo el starting up. Una empresa que empieza es como probar un prototipo de avión. Quizás no vuele y la bofetada puede ser monumental, pero la sensación de volar, especialmente del primer vuelo, es única. Es el espíritu de los hermanos Wright. Unos fabricantes de bicicletas que patentaron el avión e hicieron el primer vuelo tripulado. Una hazaña. Pero hubieron muchos emprendedores e ingenieros que lo intentaron antes y pusieron las bases, incluso el mérito más auténtico quizás sea en realidad el de Alberto Santos Dumont, quien hizo el primer vuelo por elevación propia, sin ayudarse por una catapulta como los hermanos Wright. Se emprende siempre dentro de una galaxia de conocimientos y personas que buscan fines similares.

37 metros y 12 segundos para  conseguir una patente
Empezar tiene mucho de aventura y de incertidumbre, requiere flexibilidad y mucha pasión. Y sobre todo requiere aliados: socios, inversores, seguidores, críticos y fans incondicionales. Y si hay batacazo, ave fénix, a renacer. Simple y complejo al tiempo, pero no hay otro camino que ser inasequible al desaliento.

Una de mis especializaciones es el haber iniciado multitud de proyectos empresariales. Es donde siempre me he sentido cómodo, tanto en lo cognitivo como en lo emocional. Me aburre la repetición y la burocracia, sin desafíos, ni dificultades, no soy nadie. Aunque a veces los especialistas en empezar no tienen un recambio adecuado en las empresas y esto es un grave problema. A veces yo mismo me he sentido como un piloto de las 24 horas de Le Mans, que después de hacer el primer turno y haber salvado todos los accidentes de las primeras vueltas, ceder el segundo turno a alguien que tiene poco de piloto y lo único que hace es perder posiciones, después de haberse salido de pista varias veces.


Emprender: cada segundo es una nueva emoción
El arte de emprender es el espíritu del eterno empezar una empresa. Podemos distinguir entre la inmensa cantidad de ideas que no se realizan, de proyectos que no se ponen en marcha y los que sí. Las empresas que empiezan son la punta del iceberg. Aunque una iniciativa pueda fracasar, empezarla tiene mucho valor y significado, es de alguna manera el objetivo principal. Crecer, mantenerse, ser rentable y tener éxito, no es más que la extensión y el espíritu de ese momento inicial. Haber empezado algo es ya una demostración importante de capacidad. Significa haber convencido, haber buscado los recursos iniciales, haber tenido la persistencia y el entusiasmo necesarios para convertir una idea en una realidad. Empezar es ya un final de trayecto, es un éxito en sí mismo.

 Las fases necesarias del empezar de la fase previa al empezar son:

1. Tener la idea
2. Buscar aliados
3. Tener un plan
4. Buscar el dinero
5. Pasar a la acción
6. Reinventarse
Reinventarse es el bucle necesario de esta fase que implica la revisión de todos o alguno de los pasos anteriores. Pero es el paso crucial después de tener todos los demás, que son fundamentales, y que más determinará el éxito, es buscar aliados

No hay genios aislados, eso es mitología. Incluso un genio por excelencia como Albert Einstein sin su amigo Marcel Grossmann, quien ya en la Universidad le pasaba los apuntes de matemática y que tuvo la decisiva influencia de enseñarle las matemáticas de Riemann entre 1912 y 1914, claves para le Teoría General de la Relatividad que se publico en 1915, probablemente no tendríamos esta contribución. Einstein fue como otros genios malo en algunas cosas, pero bueno en conectar cosas diferentes para explicar algo nuevo. Así la Teoría General de la Relatividad de Einstein aprovechaba las ecuaciones de la covarianza de David Hilbert, por lo que Einstein fue acusado de plagio. De hecho Einstein siguió el   el programa de Ernst Mach de la relativización de todos los efectos de inercia, incluso añadiendo la llamada constante cosmológica a sus ecuaciones de campo para este propósito. Y en la Teoría Especial de la Relatividad, Einstein sin utilizar los avances de Poincaré, Lorentz y Minkowski, no hubiera podido definir nada.

Einstein debatiendo con su amigo Bohr
Tampoco el genio de Steve Jobs podría explicarse sin muchos considerar a varios colaboradores y amigos, pero principalmente sin Stephen Wozniak o Jonathan Ive es dificil imaginar que Apple hubiera llegado a ser lo que es (o fue). Lo mismo vale para Microsoft, donde Bill Gates no hubiera conseguido lo mismo sin Paul Allen o Google sin el tándem Larry Page y Sergei Brin. Dos suele ser un buen número porqué el desarrollo de muchas ideas y negocios es una conversación entre personas que se complementan de alguna manera. Los duetos que desembocan en la co-fundación y co-gestión de empresas, multiplican más que suman, son una buena manera de acelerar la reflexión y la crítica, necesarias a la hora de desarrollar los productos o negocios.


Existen diversos métodos para crear la perspectiva de los comienzos, del eterno empezar, del emprender ubicuo, para que se mantenga en el tiempo, hasta que sea necesario. Os voy explicar algunos elementos que practico y, que estoy definiendo en un libro. Al final, como siempre, se trata de gestión y relación con personas:


  • Desaprender: el pensamiento "out of the box", la falta de prejuicios al juzgar a las personas, el no dar nada por supuesto, el romper los estándares y las rutinas, la destrucción creativa
  • Confianza: sin confianza no hay nada, no se puede volar, solo nos podemos arrastrar como gusanos
  • Paralelizar: la única manera de consguir multiplicar esfuerzos es teniendo equipos autónomos que avanzan en paralelo en vez de secuencialmente
  • Autonomizar: los colaboradores deben poder gestionar los objetivos por resultados y hay que tolerar cierto nivel de equivocación, sin errores no hay aprendizaje, ni progreso
  • Disponibilidad: hay que estar disponible para todos los miembros del equipo, todos tienen cosas importantes que aportar

Siempre empezando.

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