La pregunta no es ¿quién se ha llevado mi queso?, sino ¿quién me ha convertido en un ratón?

Había una vez un laberinto donde pululaban unos extraños liliputienes, que como todo el mundo sabe, se alimentan de queso (¿o no?). También había unos ratones, y estos sí, como la mayoría de la gente sabe, no comen queso, ya que son preferentemente herbívoros.  Lo que si es cierto, es que tanto unos como otros, que son pequeños -miden aproximadamente 15 cm-, estaban sorprendidos porqué había desaparecido el queso. Su queso. Y la esencia del queso, la "queseidad" que diríamos, es que cuando se come, desaparece. Y hay que buscar más. Detectar el cambio y adaptarse, es fundamental para sobrevivir en el laberinto. Lo que no sabían nuestros enanos personajes, es que a los gatos si que les gusta el queso. Aunque son intolerantes a la lactosa, a casi todos les encanta. Y es que si no encuentras tu queso, es porqué o te lo has comido o porqué estas huyendo de un gato. Y entonces la pregunta no es ¿quien se ha llevado mi queso? sino ¿quien me está persiguiendo? ¿quien me ha convertido en un ratón?

Spencer Johnson se hizo famoso por su libro motivacional titulado, ¿Quién se ha llevado mi queso?.  Esta fabulosa fábula describe diversas actitudes humanas ante el cambio, materializadas mediante cuatro personajes: dos ratones, Fisgón y Escurridizo y dos liliputienses Hem y Haw. Sin quitar los méritos a este extraordinario best seller, con nuestra perversión de la moraleja de esta parábola, lo que queremos expresar es que no basta con detectar y aceptar el cambio, hay que buscarlo. Escaparse del gato es, escaparse de la vulgaridad, de la mediocridad, de la apatía y del conformismo. Es volverse loco por lo nuevo. Es estar obseso por convertir las crisis en oportunidades.

Es el gato que te convierte en ratón. Es la persecución que te convierte en perseguido. Es el juego del gato y del ratón. La caza del talento. Tom y Jerry.  A veces, el cambio es el producto de una crisis, causada por la competencia. No siempre el cambio está provocado por un mandato organizacional de la dirección, por una nueva estrategia innovadora, por una nueva tecnología disruptiva. El cambio sobreviene, pero alguien lo ha buscado. Sin resistencias. Más bien con voluntad, con muchas ganas. Con pasión de confrontación. Deportivamente.

Andy Grove, el mítico CEO de Intel, que convirtió a este empresa en la gran corporación que es hoy en día, escribió en 1996 un libro llamado Only The Paranoid Survive, con el explicativo subtitulo How to exploit the crisis points that challenge every Company and Career. Un libro que leí en su tiempo y recomiendo vivamente.  Grove utiliza la metáfora del paranoico para expresar la actitud vigilante ante los puntos de inflexión, que periódicamente ocurren en cada industria y que barren a los que no se adaptan. Pero Grove no sólo nos aconseja a adaptarse al cambio, sino a buscarlo, a provocarlo. A ser proactivos.

"You can be the subject of  a strategic inflection point but you can be the cause of one"

El cambio es un gato que te persigue. No tienes porqué ser una rata, puedes convertirte en gato y perseguir a tus competidores. El cambio no como adaptación, sino como necesidad, como provocación. En cualquier caso: ¡corre!

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