Blockchenizar la economía única solución para compensar la masiva destrucción de trabajo por la IA

"They’ll never admit it in public, but many of your bosses want machines to replace you as soon as possible.
I know this because, for the past week, I’ve been mingling with corporate executives at the World Economic Forum’s annual meeting in Davos. And I’ve noticed that their answers to questions about automation depend very much on who is listening.
In public, many executives wring their hands over the negative consequences that artificial intelligence and automation could have for workers. They take part in panel discussions about building “human-centered A.I.” for the “Fourth Industrial Revolution” — Davos-speak for the corporate adoption of machine learning and other advanced technology — and talk about the need to provide a safety net for people who lose their jobs as a result of automation.
But in private settings, including meetings with the leaders of the many consulting and technology firms whose pop-up storefronts line the Davos Promenade, these executives tell a different story: They are racing to automate their own work forces to stay ahead of the competition, with little regard for the impact on workers". Kevin Roose, The Hidden Automation Agenda, The New York Times, (aquí
 

El advenimiento de la Inteligencia Artificial reducirá en menos de 15 años el 40% de los puestos de trabajo. Y por primera vez, desde las grades transformaciones industriales, no se generaran suficientes puestos de nuevos trabajos para sustituir a los obsoletos. La destrucción de capital será masiva y desoladora, a pesar de lo que pregonan los propagandistas del mundo feliz de la tecnología.

Si hubiese un consenso suficiente sobre esto, la única opción sería la prohibición de esta tecnología, o una moratoria como se ha hecho con la genética, cuando las consecuencias pueden ser extremadamente dañinas. Dejar a media población sin trabajo, sin duda es un gran problema también para la otra media que si lo tendrá. En definitiva, no parece un modelo viable, pero nadie le va poner freno y los encantadores de serpientes, a veces sin malicia, nos idealizan un mundo feliz donde las máquinas van a proveer todo lo que necesiten los humanos. Para que un mundo con poco trabajo humano sea posible, es necesaria una desmonetización de la economía. Y para poder aprovechar las ventajas de la automatización extrema, es necesario, que los beneficios no monetarios como el acceso a bienes y servicios de primera necesidad, sean distribuidos entre toda la población de una manera más equitativa. Un porcentaje tan grande de la población fuera del mundo productivo sólo hay dos posibilidades que no sean la guerra: a) la favelización; b) la tokenización.  La primera consiste en mantener un gueto de miseria aislado vía militar de la sociedad adinerada. El segundo consiste en una economía alternativa, un auténtico ecosistema de valor, que puede relacionarse con el mundo productivo. No pensamos que la renta universal pueda tener éxito, porque la subvención de la pobreza depende en última instancia del sector productivo vía impuestos, y este no ve ninguna utilidad. En cambio, la tokenización hace que la distribución de la riqueza generada por las máquinas, también dependa de los que se han quedado fuera del tejido productivo. Las máquinas son una extensión del trabajo humano y sólo pueden crear valor para los humanos. La teoría de valor es sólo para humanos, para necesidades básicas o artificiales, pero humanas. El día que lo hagan para ellos solos, seremos irrelevantes.

Un mundo desmonetizado o tokenizado, representa una economía del valor de uso digital extendido frente al totalitarismo monetarista, y esto solo es posible con la tecnología blockchain. Sólo una fuerza humana de trabajo expulsada de la producción, descentralizada y segura entre iguales, es capaz de intercambiar valor de uso. 

El trabajo en la era digital se compone de proyectos que hacer, y no en una cosa que poseer. La propiedad del trabajo también se va a perder, como la de ser dueño de un coche individualmente. En un mundo sin dinero, ya que el valor del dinero fiat reside en el puro poder -y no será para todos-, solo blockchain puede garantizar la confianza necesaria para un intercambio de valor entre personas iguales. La tokenización de la economía es el paso necesario para construir una sociedad alternativa al dominio totalitario del dinero fiat.

“The choice isn’t between automation and non-automation,” said Erik Brynjolfsson, the director of M.I.T.’s Initiative on the Digital Economy. “It’s between whether you use the technology in a way that creates shared prosperity, or more concentration of wealth.”

Una economía tokenizada con tokens y criptomonedas, puede relacionarse con las máquinas tontas o inteligentes con facilidad, a través de protocolos blockchain existentes como IOTA y con las monedas fiat a través de exchanges. No somos nosotros los que tenemos que decir como va a funcionar esta nueva economía, ello es un esfuerzo colectivo, donde más que proponer, hay que experimentar. Lo que si debemos debatir es como podemos entender hoy una nueva teoría del valor digital, que tenga en cuenta las limitaciones energéticas, que pueda explicar una forma nueva de intercambiar el valor en la sociedad y valorizar a las personas de manera, que su actual prosperidad menguante cambie de signo. El trabajo inmaterial colectivo, la inteligencia colectiva o el general intellect, no tiene porqué ser productivo en términos de la economía clásica.

Nos acercamos a la posibilidad de una economía híbrida donde haya varias maneras de valorización coexistiendo. Por un lado, élites profesionales y de renta en el sistema productivo con la capacidad de la creación de fiat, que se valorizarían principalmente a través de máquinas inteligentes de propiedad privada, y por otro lado, una serie de flujos económicos semi-productivos o improductivos, intercambiando y creando valor de manera diferente, con una propiedad de medios compartida y colaborativa, con la capacidad de crear tokens y criptomonedas para esa valorización alternativa. 

Los desafíos de un mundo destinado al decrecimiento ante la crisis de nuestra civilización occidental, climática, energética y financiera, pueden encontrar en las nuevas tecnologías nuevas formas de organización social, que nos alejen del conflicto abierto y radical, por la supervivencia.


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