Digitalidad. Los fundamentos digitales de la realidad (el libro)

Durante los siglos XVI y XVII, bajo la influencia de los nuevos avances científicos de la física, especialmente de Galileo, Huygens, Boyle o Newton, junto con el empuje de la nueva clase burguesa emprendedora y de sus máquinas de vapor en la manufactura, el mundo se volvió mecánico. Un gran mecanismo. 

La vida tenía horarios, las fábricas controlaban los tiempos de los procesos. El tiempo siempre había existido, pero ahora, la conciencia de su devenir daba a la vida una velocidad inusitada. Los relojes de engranajes mecánicos estaban por todas partes. Había los primeros relojes de bolsillo. El tic, tac de los engranajes ya nos acompañaba a todas horas. Se impuso una manera de ver la realidad, de comprender el mundo completamente mecánica. 

Descartes fue uno de los más destacados mecanicistas. La naturaleza era un gran mecanismo, el movimiento de la presencia.  El mecanicismo fue el marco de referencia del pensamiento. Lo que para nosotros hoy no deja de ser una metáfora reduccionista, para ellos era el funcionamiento auténtico de la realidad. Los cuerpos humanos eran también mecanismos. Todo funcionaba como la máquina por excelencia: el reloj.




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Hoy en día ocurre algo parecido con el ordenador. El ordenador se ha erigido en el paradigma explicativo de la realidad. Nuestro mecanicismo actual es informacional. Superando el dualismo cartesiano mente-materia, hoy vemos que la inteligencia es la computación de la realidad. Todo es información: bits o qbits. Lo encontramos en la física, pero en casi todas las ciencias fundamentales. 

La nueva clase emprendedora digital no se entiende sin los ordenadores. Son muchos los que debaten si el Universo es un simulación o una computación. Parece que lo digital ha invadido todas las áreas del conocimiento y de la experiencia.

Para entender mejor como el pensamiento ha llegado hasta aquí, podemos identificar varios paradigmas epistemológicos, de como colectivamente entendemos y conocemos la realidad, que se han sucedido en la historia. Simplificando de una manera burda, pero que nos puede ayudar a entender esta evolución, podemos distinguir al menos los siguientes:

a) el antiguo, analógico-metafísico, cuyo elemento fundamental de la realidad es "la substancia", comprendida por la "mente"


b) el moderno, analógico-ontológico, cuyo elemento fundamental de la realidad es “el objeto”, entendido por el "sujeto"


c) el postmoderno, analógico-semántico, cuyo elemento fundamental de la realidad es “la relación”, comprendida por el "pensamiento"

d) el contemporáneo, digital o informacional-computacional, cuyo elemento fundamental de la realidad es “la red”, comprendida por la "inteligencia"

Hemos llegado a pensar que lo digital era lo suplementario de la realidad, una realidad virtual, construida por la tecnología humana, pero no es cierto, es justo al revés, la tecnología y la ciencia actuales nos están permitiendo reconocer la auténtica realidad de la naturaleza. Toda la realidad es digital, cuando pensábamos, que era analógica era por la insuficiencia e ineficiencia de la antigua tecnología, por nuestra incapacidad para medir, que no nos permitía conocer como es auténticamente lo real. La realidad son datos, bits, qbits, no objetos. La realidad es información y la información la gestiona sólo la inteligencia.

La digitalidad es la realidad a los ojos de nuestro nivel de inteligencia cognitiva colectiva. Es el paradigma de comprensión de la realidad actual. Como conclusión, la digitalidad nos debe llevar a asumir una responsabilidad digital basada en la ética digital y en una política digital, una política acorde con la inteligencia cósmica. Un enfoque político que llamamos cosmología política, porque nos debe permitir una perspectiva universal para la gestión de la humanidad.

De todo esto y más, trata nuestra investigación filosófica al respecto. Hemos recogido varios post de este blog y oportunamente "remixados" y "masterizados", los hemos publicado en un libro bajo el nombre de Digitalidad: la estructura conceptual de la realidad

Os dejo con el booktrailer.





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