"Think different": pon un pensador digital en tu empresa


Think Different, rezaba el slogan de Apple en una de sus más famosas y decisivas campañas de publicidad. Se ha hecho tan popular hoy en día, que se abusa demasiado en el campo de la innovación y la emprendeduría, incluso de manera un tanto superficial. Que bonito es. Pero por definición, pensar es una actividad rebelde, crítica. Repetir un slogan no parece ser la mejor demostración de capacidad reflexiva. Inventar uno si lo es. Antes de pensar diferente, primero hay que saber pensar de verdad. Y realmente, los pensadores escasean. Pero todo tiene arreglo, para esto sirve este Blog. 

En el entorno actual tan sumamente complejo, calificado como VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity), las profesiones de futuro no son tan solo las llamadas STEM (ScienceTechnologyEngineering, y Math), sino sorpendentemente la filosofía y el pensamiento en general. Bajo títulos tan diversos como thinkers, big picture thinkers, business thinkers, visual thinkers, design thinkers, creative thinkers, product thinkers, digital philosophers, incluso Chief Philosophy Officer, encontramos nuevos roles decisivos para aportar alto valor a la empresa.  El pensamiento existe en todas las disciplinas y actividades, pero no siempre se ejerce o se sabe como hacerlo. Además, la sociedad digital tiene unas reglas diferentes para el pensar. Por eso, las organizaciones necesitan hoy pensadores digitales, para enfrentar los grandes retos y sortear los enormes riesgos que nos acechan.

Es significativo el aumento de noticias como Silicon Valley executives are hiring philosophers to teach them to question everything o Tech companies hiring philosophy majors. Las cosas están cambiando deprisa. En mis tiempos licenciarse en filosofía era la manera más rápida para ir al INEM. Y eso ha sido siempre lo mejor de esta titulación: tenías inventar tu propio futuro. Un auténtico desafío.  Para los que no querían arriesgar, siempre pudieron dedicarse a la formación en institutos donde oxidar su mente ante su falta de vocación pedagógica. Pero para los rebeldes como yo, después de ser expulsados como profesores contratados de Universidad por la LRU, en vez de opositar el resto de nuestra vida, nos reinventamos en la empresa privada, y la verdad, con insospechadas ventajas frente a los directivos de oficio, por ejemplo, para el intraemprendimiento. 

En el momento en que la producción se automatiza cada vez más y que las tecnologías digitales permiten copiar casi sin coste marginal las mercancías, generar valor es cada vez más difícil. Por eso, la innovación se ha convertido en decisiva. Cualquier cosa que implique pensar, conceptualizar antes de construir, permite ser más creativo, validar modelos antes de salir al mercado, evitar errores y parches. En las antiguas empresas jerárquicas y burocratizadas, la metodología por antonomasia es la que con mucho acierto mi amigo Fran Chuan llama ASM. El ASM o A Salto De Mata, es realmente más ágil que el scrum, pero lo es a base de saltarse la ideación, la validación de los modelos y unos cuantos controles de calidad. Sin duda, Frankenstein fue un resultado de esta insigne metodología, que consigue un índice alarmante de fracasos, que luego difícilmente se pueden corregir, incluso dedicando grandes desviaciones de costes. El ASM es tremendamente ineficiente, pero su mayor enemigo hoy es que los jóvenes empleados, ya no pueden tolerarlo y lo rechazan.

Entre todos los pensadores digitales surgidos de las más variadas disciplinas, de marketing, diseño, ingeniería, por supuesto, destacan los filósofos de carrera, como lo demuestran las demandas de las empresas punteras en innovación.

Las principales aportaciones a las organizaciones de los filósofos digitales:

  1. La perspectiva ética de la responsabilidad digital corporativa y de la responsabilidad digital social, que es importante para los productos como Big Data (algoritmos) e Inteligencia Artificial
  2. Innovación e ideación disruptivas, desde una perspectiva creativa y divergente, que ayude a pensar out of the box
  3. Estrategia con el dinamismo y la complejidad que exige el entorno VUCA
  4. Diseño de metodologías y criterios de validación
  5. Reconocimiento y análisis de tendencias latentes
  6. Inteligencia e investigación en general
  7. Comprensión de fenómenos sociales complejos
  8. Producción y destrucción de discursos conceptuales
  9. La solución creativa de problemas
  10. La gestión de personas con talento en un entorno de meritocracia

Las empresas punteras deben tener su propio #ThinkingLab, un laboratorio interdisciplinar de pensamiento de pensadores digitales, para diversos propósitos, que no deben ser únicamente la innovación. Se pueden hacer ideaciones  e ideathons, pero el tema va mucho más allá. El pensamiento no es una pérdida de tiempo es algo eminentemente práctico, porque toda acción se de en un marco conceptual. Si se modifica el marco conceptual, una misma acción adquiere un significado diferente. 

Existe actualmente un movimiento de filosofía práctica, que actua más allá de la función propia de los psicólogos y del coaching (ver Sócrates y las insuficiencias del coaching). Lou Marinoff autor del famoso superventas Más Platón y menos Prozac, ha hecho la interesante propuesta de un Philosophical Counseling, una filosofía práctica, que te ayuda a pensar. Tenemos nuestra versión española en la gran pensadora canaria Mónica Cavallé, que está popularizando su asesoramiento filosófico, basado en una filosofía sapiencial, como forma de terapia práctica. Pero la lista no acaba aquí. Uno de los más famosos es Andrew James Taggart (https://andrewjtaggart.com/about/), quien resulta ser uno de los filósofos más reclamados por Sillicon ValleyScott Berkun (http://scottberkun.com/más dedicado a escribir y a dar conferencias, que al counseling, es otro exponente de esta onda, que trabajó en Microsoft y enseña creative thinking

Pensar diferente es poner a un filósofo en tu vida en primer lugar. Hay que aprender a tener una base de razonamiento lógico y una capacidad hermenéutica sobre los discursos ilusorios, para más tarde intentar deconstruirlos. Primero hay que aprender a pensar con rigor con un pensador y luego uno puede intentar desarrollar una forma de pensar diferente. Pero no puede ser una cosa antes que la otra. Y realmente, no es fácil ni simple, pensar algo que no se haya pensado ya. Para la filosofía el reto nunca ha sido pensar diferente, lo ha hecho toda la historia, sino pensar lo impensado, que no es lo mismo, que pensar diferentemente. Lo impensado es el pensamiento nuevo, la innovación en el pensamiento. Decir algo nuevo, construir un discurso aceptado y que dure. Eso es increíblemente difícil. Pero hay más. Últimamente lo filosofía ha estado atacando su última frontera, pensar lo impensable. Puede parecer paradójico, pero en la resolución de estos desafíos encontramos las más brillantes construcciones. 

Antes de pensar diferente "Think different", debes saber pensar, y pensar es dominar el lenguaje y la lógica. Para eso creamos este Blog ThinkingLab, para construir y deconstruir discursos, para experimentar y para enseñar, para proponer y para divulgar el pensamiento digital. Para saber crear tu propio laboratorio de pensamiento estratégico. Síguenos si te interesa este tema (entre otros) y no pienses diferente aún. Únicamente, piensa en profundidad, haciéndote series interminables de preguntas honestas, simples y demoledoras a lo que domina tu vida y tu organización, e intenta responderlas. Pon un pensador digital en tu organización, si quieres activar el cambio realIremos desarrollando una guía práctica para convertirte en un pensador de verdad.

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