La super-realidad: Sistema de Filosofía Digital (III)

Hemos visto hasta ahora como el paradigma postmoderno analógico-semántico propio de la filosofía del lenguaje, se está transformando en un paradigma digital o informacional-computacional, donde una filosofía digital o con mayor precisión, una filosofía de la inteligencia está tomando su lugar, para explicar una nueva manera de aproximarse al concepto de realidad, que llamamos digitalidad.
La realidad natural creada como un efecto del lenguaje natural, como construcción propiamente semántica, convive con la creación de lenguajes artificiales formales como la matemática, la lógica, los lenguajes de programación, etc. Estos lenguajes con sus propias gramáticas, provocan un efecto de sentido creando una amplificación y profundización de la realidad natural desarrollando realidades artificiales, en plural.

Esta realidad artificial es una mal llamada realidad digital, que preferimos llamar super-realidad. Aquí caben muchos conceptos digitales como realidad virtual o realidad aumentada, pero también las realidades provocadas por la misma ciencia. La realidad digital es un concepto erróneo, ya que como hemos dicho, toda la realidad es digital, incluso la analógica. Con más razón la autodenominada digital, por eso preferimos llamarla super-realidad. Insistimos para no confundirnos.

Anteriormente, hemos visto como los colores tienen una estructura semántica culturalmente compartida. en cambio, el lenguaje artificial de la ciencia mediante la medición de la longitud de onda, puede discriminar con precisión los colores, más allá del significado ordinario. Pero esta gama de colores es completamente artificial, es decir, suplementaria a la realidad en sí o digitalidad. Es una forma exterior, o añadida, a nuestra cotidianidad, a nuestra vida mundana.
Diversas propuestas de asociar colores a notas musicales
Una de las curiosidades, que genera la arbitrariedad del color es, que desde Newton los científicos han ido postulando diversos sistemas de relación entre colores y notas musicales. Hoy en día, gracias a la ciencia y a la posibilidad de la medición de longitud de onda, se sabe que existe una relación matemática entre las ondas luminosas del espectro de color y las ondas sonoras del espectro música. De esta manera, se puede encontrar el valor del tono de color correspondiente a cualquier nota musical dada.
Todas las notas asociadas al espectro visible de longitud de onda
Esto no deja de sorprender, ya que dos escalas de elementos tan diferentes para nuestra mundanidad, que están separados por diferentes sistemas perceptivos, pueden tener una equivalencia basada en su común esencia digital. Ver la música en colores o escuchar los colores, va contra nuestro sentido común de la realidad. Una vez más, vemos como toda la semántica es arbitraria y así del mismo modo, nuestra realidad. Pero esa realidad, puede ampliarse y complicarse con los conocimientos aportados por la ciencia.

Los lenguajes artificiales crean ampliaciones de la realidad natural, crean realidades artificiales. A medida, que la ciencia avanza también ese conocimiento científico, oportunamente simplificado para el lenguaje natural, se va incorporando en la competencia lingüística de los humanos, mientras se desprende de los símbolos propios de su formalidad. 

La ciencia tiene mucho más que ver con la tecnología, que en lo que se da a entender en su versión idealista, que maneja el lenguaje ordinario. La ciencia es impura, excepto la física teórica, la lógica y la matemática. La ciencia necesita dispositivos específicos, para torcer la realidad y poder probar las hipótesis. La astronomía moderna con Kepler y Galileo no hubiese sido posible sin el desarrollo de instrumentos especiales como son los telescopios, para poder verificar empíricamente hipótesis científicas describibles matemáticamente. Los artefactos científicos permiten ampliar la información disponible proveniente de la simple percepción humana, que se haya integrada en el lenguaje natural. La ciencia está determinada históricamente

En el caso de la astronomía, los telescopios aumentan la percepción de la visión humana. El telescopio refractor de Galileo (mejor que el de Kepler), en su primera versión de 1609 tenía 1,5 cm de apertura. Hoy en día el mayor telescopio óptico existente es GTC (Gran Telescopio de Canarias) con una apertura de 10,4 m. Kepler disponía de las herramientas y conocimientos necesarios para hacer un telescopio y la geometría adecuada para describir el movimiento de los planetas, pero no para hacer un satélite-telescopio, por mucho que nos hayamos empecinado en llamarlo con el mismo nombre "Kepler".  No cualquier cosa es artificialmente posible en un momento dado, pero lo que si lo es, acelera el avance del conocimiento. Y de alguna manera, transporta a quien lo usa más allá de la cotidianidad y la mundanidad. El ser en el mundo se convierte en un super-ser en el universo.
GTC
Hoy en día, en la cultura occidental, estos conocimientos científicos como el de los planetas que giran en torno al sol o que las órbitas de los planetas son elípticas, son de dominio común, ya que la escuela se ha encargado de difundir estos conocimientos en la sociedad.

Los lenguajes artificiales permiten una extensión de la realidad como un suplemento añadido, a veces, en contradicción con el sentido común (o lenguaje natural), que hemos llamado super-realidad. Por ejemplo, el modelo estándar de la materia, que describe la realidad a nivel de partículas subatómicas y especialmente la mecánica cuántica, crea  una realidad prácticamente paralela a la que vivimos en la cultura generada por el lenguaje natural. ¿Ontología o epistemología? ¿Existe en realidad o sólo sabemos algo pero quizás no existe? Este es un falso dilema como ya hemos visto en las anteriores entregas. 

Los lenguajes artificiales merecen una atención especial cuando son procesados por computadoras. La capacidad de simulación de la realidad de los ordenadores es muy destacable. Incluso el producto más simple de un ordenador, como puede ser una hoja Excel, tiene la capacidad de simular el presente y el futuro, o alternativas sobre el pasado. En este sentido, los ordenadores extienden también la realidad, la capacidad de cálculo, especialmente de predicción sobre cualquier base de datos estadística. No sólo los videojuegos recrean, extienden y paralelizan la realidad, sino todo tipo de aplicaciones.

El lenguaje natural con su semántica crea la ilusión de una oposición entre sujeto (la conciencia) y el objeto (el mundo, la realidad imaginaria exterior), reflejo de esa realidad natural. Esta oposición es "natural" para el ser humano. Es su manera de estar en el mundo, de entenderse a sí mismo y hacer parte de la precomprensión del mundo, desarrollada progresivamente en su crecimiento como individuo y en su cultura. Realmente sabemos, que no es posible salir directamente de nuestra burbuja, pero eso no quiere decir, que indirectamente no podamos escapar y llegar muy lejos. Y lo hacemos mediante los lenguajes artificiales, que nos abren a la super-realidad, y que nos vuelven a recrear una nueva oposición sujeto-objeto. En esta nueva dimensión artificial a tal oposición la llamamos supersujeto vs superobjeto. Esa super-realidad constituye un supermundo creado por conocimientos, que se opone a una superconciencia o conciencia extendida, colectiva, de un supersujeto, como suma de todos los sujetos humanos existentes y posibles juntos.

La realidad natural y la realidad artificial, hacen parte de nuestra visión de las cosas y se entremezclan en la mundanidad de la contidianidad, desarollando nuestra experiencia sobre la digitalidad.




Recapitulación del Sistema de Filosofía Digital


  1. Hemos llegado a pensar que lo digital era lo suplementario de la realidad, una realidad virtual, construida por la tecnología humana, pero no es cierto, es justo al revés, la tecnología y la ciencia actuales nos están permitiendo reconocer la auténtica realidad de la naturaleza. Toda la realidad es digital, cuando pensábamos, que era analógica era por la insuficiencia e ineficiencia de la antigua tecnología, por nuestra incapacidad para medir, que no nos permitía conocer como es auténticamente lo real. La realidad son datos, bits, qbits, no objetos. La realidad es información y la información la gestiona sólo la inteligencia.
  2. La realidad natural existe pero no es real, porqué es un efecto del lenguaje. Es digital, es la digitalidad, como propiedad esencial de la realidad, como substancia. La digitalidad como realidad a la que tiene acceso actual o potencial el ser humano, sólo es posible conocerla mediante la aplicación del paradigma informacional. En cambio, la realidad absoluta es real, pero no existe. Es objeto sin sujeto. 
  3. Los lenguajes artificiales crean ampliaciones de la realidad natural, crean realidades artificialesLos lenguajes artificiales permiten una extensión de la realidad como un suplemento añadido, a veces, en contradicción con el sentido común (o lenguaje natural), que hemos llamado super-realidad.

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